Págame con cervezas…
Ese eslogan de “Págame mi actuación y no me cuentes tu vida” que seguro conoces está a la orden del día éstos días con un anuncio de la firma Mahou que en lo que quiero entender como un noble intento de hacer valer la bondad y generosidad de un grupo de músicos, que al aceptar tocar en las fiestas del pueblo por unas cervezas, ha indignado el colectivo de músicos. Y es que el mensaje que puede desprender y así lo entendió el colectivo, es que se pueda canjear una actuación por un simbólico precio -en éste caso cervecitas-, degradando así la profesión. Desde luego no le falta razón y es totalmente lícita su reclamación. Mahou, como gran y hábil empresa ha rectificado rápidamente con una carta de disculpas y la retirada del anuncio.
Eso me recuerda por un instante que nos digan: “Hazme unas fotos para las fiestas que no te las pagaremos”… ¿Cómo? Tranquilo! Serán impresas en un libro que será distribuido por toda la Provincia. ¿No estás orgulloso de colaborar con las fiestas de tu pueblo? ¡Te hará publicidad!”
Bueno, esto anterior es una experiencia no religiosa que muchos de vosotros habeis vivido, seguro. En mi caso al menos es totalmente real. Mi reacción, al margen de un fuerte deseo de dejarme llevar en aquel momento por la indignación despertando instintos primitivos, fue la de mirar -fulminar más bien- a uno de mis interlocutores para decirle que por supuesto, que me enorgullecía pero que una cosa no impedía la otra. Y si mis fotos iban a ser editadas y maquetadas en un libro por el que tanto el diseñador como imprenta fueran a cobrar por sus trabajos, qué menos que el fotógrafo –que es quien aporta la materia prima-, también esté remunerado. Además de ser el trabajo por el que casualmente me gano la vida. Ante mi lógica negativa e indignación salí orgulloso de aquella sala del mismísimo ayuntamiento con la conciencia tranquila, la fortaleza de mi dignidad intacta y la satisfacción de haber hecho lo correcto y defendido el valor de mi trabajo reforzando mi colectivo. Y todos estaremos de acuerdo… en un principio. Y digo en un principio porque lo peor es que… otro acabó haciendo el trabajo al que me negué por las mismas indignas condiciones por las que me negué. Y todo el esfuerzo de dignificar la profesión se fue al traste por un poco de supuesta publicidad y un muy poco de ética y dignidad.
Y al igual que los músicos revindicando su trabajo, al final del cuento es que algún grupo, en alguna parte, acabará tocando por unas cervezas. Fotógrafos, videógrafos, músicos, artistas…. Misma batalla, mismos argumentos… Mismo resultado. Claro que el nombre del grupo elegido por Mahou para dicho esperpento era “Los Desleales”… Jamás encontraremos un nombre más apropiado para el efecto.
La unión, la lógica, la coherencia y la conciencia de la necesidad de hacer frente común y solidario es clave para salir adelante y hacer valer el trabajo. Porque de lo contrario, mucho me temo que las cervezas seguirán siendo moneda de cambio corriente a cualquier actuación.
Defendamos nuestro trabajo, hagámoslo juntos desde cualquier rincón. Unámonos al igual que los músicos. Seamos un colectivo unido.
Texto: Philippe Uglietta para FEPFI