Mis fotografías de boda, en papel por favor. O mejor aún: en un álbum
Que el titular no te lleve querido lector hacia un pensamiento de que los profesionales no están a la última ni que ésta petición sea de des-actualizados ni nostálgicos del papel o incluso un menos noble intento de hacer que te gastes más dinero del necesario. Todos somos conscientes de la evolución digital y de la necesidad de adaptarse al medio para sobrevivir ¡Como la vida misma!
El día a día es rutinario, todos o casi abrimos los ojos con una pantalla delante a los pocos minutos de emerger, consumimos… ¡devoramos! visualmente imágenes con ansia de satisfacer una falsa necesidad sensacionalista de estar al día. Y digo falsa porque realmente todo quede a medio ver, creemos estar enterados de lo que pasa para poderle decir a nuestros amigos que hemos visto sus fotos de boda aunque sea “de pasada” y todo al alcance de un pulgar que por momentos enloquece haciendo un movimiento de “arriba abajo” intentando seguir el ritmo desenfrenado de nuestro cerebro a través de nuestros ojos. La locura no se ha apoderado de nosotros pero poco ha faltado y eso que apenas ha salido el sol. Desconozco el porcentaje que hace esto mismo cada día pero logra mayoría por encima de cualquier partido en las pasadas elecciones, eso seguro.
Al caso del título de este artículo viene que ante esta sedienta necesidad de información visual la cual no llegamos a entender ni procesar, hace que perdamos la comba y el verdadero valor de lo que cuestan las cosas: Escribir un artículo, una noticia, intentar captar la atención mediante imágenes atractivas, crear en cierto modo “una expectativa” para que el lector pueda ver todo lo pretendemos mostrarle y lo que tenemos que ofrecerle. Necesitamos más que nunca saber valorar el enorme trabajo que hay detrás de cada trabajo y uno de ellos de lo que pretendo hablar hoy es de un reportaje de boda, de la gran implicación de los miles de profesionales en conseguir capturar los mejores momentos de tu boda. Y para ello la mejor manera de valorar, entender y apreciar un reportaje de boda (entre otros), es plasmándolo en un álbum físico, rompiendo con la tendencia consumista de la fotografía al segundo para que al siguiente acabe a la basura y desprecio que provoca la inmediatez del medio digital. El medio digital ha sustituido la tactilidad de una fotografía por el desliz del pulgar sobre la pantalla.. ¿Qué será lo siguiente?
No seamos negativos, el medio es válido para compartir con el público, para llegar a esos familiares que tenemos lejos, ésos amigos con los que compartimos esos buenos ratos, pero que no sirve para apreciar en toda su extensión un trabajo de muchísimas horas para los profesionales, que requiere de toda una formación en lograr la excelencia a través de intensos y costosos viajes y jornadas de aprendizaje, como para que acabe en un vulgar “pen” ¡que hasta suena mal!
¿De verdad vas a dejar que tu reportaje de boda acabe así?
Por eso, las fotografías, en papel. O mejor aún: en un álbum.
(Imágenes de KoyLab, ATL Colormatic, La Comercial y Álbum Época)
Texto: Philippe Uglietta para FEPFI